ROCHESTER, Minnesota: El acoso sexual en el ambiente laboral no es ningún fenómeno nuevo ni raro, pero desde cuando empezó el movimiento #MeToo a finales del año 2017, han aparecido más víctimas que informan sobre supuestos acosos en el trabajo, incluso en instituciones de atención médica.
Como líder en la atención de la salud, Mayo Clinic tiene la responsabilidad de defender una cultura de justicia, igualdad y seguridad. Por ello, para demostrar tanto este compromiso como transparencia, Mayo Clinic revisó todas las quejas de este tipo recibidas entre septiembre de 2017 y septiembre de 2019, junto con las correspondientes investigaciones, y publicó los resultados en un artículo especial de Mayo Clinic Proceedings.
«Mayo Clinic creó un método preciso para abordar de forma efectiva y congruente todos los alegatos sobre abuso. Igual a lo ocurrido en muchas otras instituciones, también en Mayo Clinic aumentaron los alegatos sobre abuso sexual a fines del 2017 y principios del 2018, por lo que el artículo revisa cómo se gestionaron esas quejas y si el proceso se mantuvo alineado con las políticas institucionales», comenta el Dr. Charanjit Rihal, cardiólogo de Mayo Clinic y presidente del Comité del Personal que inspecciona problemas laborales de médicos y científicos.
Mayo Clinic actualizó sus políticas respecto a abusos sexuales y de otro tipo en el año 2017, justo antes de que el movimiento #MeToo ganase protagonismo a nivel nacional. Las políticas definen todos los tipos de abuso y cómo se abordan e investigan esas quejas.
Durante el período revisado de dos años, se recibieron e investigaron 153 quejas sobre abuso sexual, de las cuales 88 fueron corroboradas. De esos 88 casos en los que se descubrió que las personas adoptaron comportamientos que infringían las políticas de Mayo Clinic, 59 involucraban a miembros del personal que no eran ni médicos ni científicos, 22 involucraban a médicos o científicos y 7 involucraban a pacientes, visitas, contratistas o vendedores.
En el caso de las 88 personas acusadas de forma corroborada, se tomó acción a varios niveles según la naturaleza y gravedad de la infracción:
- Recibieron consejería formal 31 personas, entre ellas, nueve médicos o científicos.
- Recibieron advertencias escritas, que oscilaban entre las categorías de primera a última, 22 personas, entre ellas, 3 médicos o científicos.
- Fueron despedidas o renunciaron antes del despido 35 personas, entre ellas, 10 médicos o científicos.
De los 88 informes corroborados, 71 (80,7 %) correspondían a comentarios inapropiados u otros avances sexuales indeseados, 22 (25 %) correspondían a contactos físicos o roces indeseados y 16 (18,2 %) correspondían a lo descrito como acoso electrónico mediante, por ejemplo, correos electrónicos o mensajes de texto.
«Descubrimos que una amplia mayoría de las personas acusadas eran del sexo masculino y que casi la mitad tenía niveles organizacionales similares a los de las víctimas. Aunque es necesario tener datos de series temporales, esto coincide con otros estudios en que las víctimas son predominantemente mujeres y los acosadores son predominantemente hombres», anota el Dr. Rihal, primer autor del estudio.
Antes del otoño del 2017, Mayo Clinic no seguía por separado la pista de acosos sexuales y otros tipos de acoso. Desde principios del año 2018, se ha reducido en Mayo la cantidad de informes sobre acoso sexual, aunque los motivos son complejos e incluyen el creciente compromiso de la organización para concienciar al personal y exigir su capacitación en este asunto. En el año 2019, el 95 por ciento del personal de Mayo Clinic completó una capacitación sobre el tema de ser testigo activo para aprender a apoyar a un colega cuando se observa bullying, acoso u acoso sexual.
El estudio y el artículo constituyen el compromiso estricto de abordar el acoso sexual, dice Cathy Fraser, directora de Recursos Humanos en Mayo Clinic y coautora del estudio. «Este novedoso enfoque incluye mostrar transparencia en los resultados, a medida que nos esforzamos por eliminar el acoso sexual en Mayo Clinic. Hasta no eliminar todos los casos de acoso, no podemos sentirnos satisfechos… ¡es así y punto!», acota.
El personal de Mayo Clinic puede usar muchos recursos, entre ellos, una línea telefónica directa para presentar de forma anónima cualquier inquietud respecto a acoso sexual, explica Fraser. En cuanto se recibe una queja, se la asigna a un investigador de Recursos Humanos capacitado en gestionar alegatos sobre acoso sexual y, de esa manera, se da inicio a un proceso que involucra muchos niveles de revisión e incluso al Departamento Legal de Mayo Clinic.
«El cuidado clínico, la investigación científica y la educación en el tema de la salud requieren la existencia de equipos altamente funcionales. Ante el acoso, la víctima presenta daños serios y potencialmente nocivos, se descompone la dinámica grupal y puede verse afectada la atención de los pacientes. Hay que contar con políticas y procesos claros para abordar todo tipo de acoso, pero esas políticas y procesos son eficaces solamente cuando existe un compromiso por parte de los directores de la organización, quienes fijan expectativas de tolerancia cero y las hacen cumplir. Como líder mundial en la atención médica, estamos comprometidos ciento por ciento con esto», añade el Dr. Gianrico Farrugia presidente y director general de Mayo Clinic, además de coautor del estudio.
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